“Queridos hijos! También hoy estoy con ustedes para guiarlos
hacia la salvación. Su alma está inquieta porque el espíritu está débil y
cansado de todas las cosas terrenas. Ustedes, hijitos, pídanle al Espíritu
Santo que Él los transfigure y los llene con su fuerza de fe y de esperanza, a
fin de que estén firmes en esta lucha contra el mal. Yo estoy con
ustedes e intercedo por ustedes ante mi Hijo Jesús. Gracias por haber respondido a mi
llamado."