“Queridos hijos! También hoy los invito a vivir en oración su
vocación. Ahora más que nunca, Satanás quiere sofocar, con su viento contagioso
de odio y de inquietud, al hombre y su alma. En muchos corazones no hay alegría
porque no está Dios ni la oración. El odio y la guerra crecen día a día. Los
invito, hijitos, a empezar de nuevo con entusiasmo el camino de la santidad y
del amor, porque por eso yo he venido entre ustedes. Juntos, seamos amor y
perdón para todos aquellos que solo saben y quieren amar con el amor humano, y
no con el inmenso amor de Dios al cual Él los invita. Hijitos, que la esperanza
en un mañana mejor esté siempre en su corazón. Gracias por haber respondido a
mi llamado. ”